martes, 18 de junio de 2013

La orientación y la tutoría en el marco de la RIEB

PRIMER FORO REGIONAL DE ORIENTACIÓN Y TUTORÍA
“INTERCAMBIO DE EXPERIENCIAS SIGNIFICATIVAS”



MESA 3 A “RETOS Y PROSPECTIVAS DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA EN EL MARCO DE LA RIEB 2011”


LA ORIENTACIÓN Y LA TUTORÍA: ELEMENTOS PARA UNA CONSTRUCCIÓN DE  IDENTIDAD

Por: Marco Antonio Hernández González
Esc. Secundaria No. 0475, “Porf. Alfonso del Valle Salcedo”
San Juan y San Pedro Tezompa, Chalco, México, Julio  10 de 2013.


Resumen. Se analizan los documentos rectores de la educación básica con objeto de indagar cuál es el papel que se asigna al orientador educativo, se reflexiona sobre los roles que habitualmente cumple éste en la escuela, para finalmente señalar que los retos de la orientación son cada vez más apremiantes, apuntando la necesidad de clarificar funciones para permitir el cumplimiento de las tareas sustantivas de la orientación.

Presentación.
En el contexto de la actual Reforma a la Educación Secundaria, el enfoque de la educación basada en competencias resulta ser una piedra angular. En efecto, si bien es cierto que el perfil de egreso de los jóvenes no varía en lo esencial, la educación enciclopédica y memorística deja de ser central para cobrar importancia la formación de y en competencias de y para la vida del futuro adulto, tanto en el ámbito académico como social y laboral.
La sociedad del conocimiento asigna a éste un papel primordial en el futuro inmediato, lo que plantea al sistema educativo en México la necesidad apremiante de abatir añejos problemas que hoy por hoy se han recrudecido, tales como la reprobación/deserción que se traducen en rezago en todos los niveles.
Es aquí donde la Orientación y la Tutoría adquieren especial importancia, pues se le plantean viejos y nuevos retos que exigen un profesional de la educación con un perfil en permanente actualización.
Justificación
En este sentido, el presente documento intenta explorar la concepción y pertinencia de las funciones de Orientación y Tutoría en el Plan de Estudios 2011. Educación Básica y en los lineamientos de la tutoría,   confrontándolos con los roles reconocidos socialmente en los orientadores-tutores, para buscar elementos que permitan iniciar en la construcción de una identidad del profesional de la educación que se dedique a esta importante tarea.
En esta búsqueda, la pregunta más recurrente y la más difícil de responder es sobre lo que hace un orientador-tutor, como un solo sujeto, o un orientador y un tutor, por separado. En este aspecto, para dar sentido o fundamento a la existencia de la figura del orientador, debiéramos contestar cuestiones aparentemente simples como ¿cuáles son las funciones del orientador-tutor reconocidas en el Plan de Estudios 2011? ¿Qué relación existe entre los principios pedagógicos de ese plan y la orientación? ¿Cómo se insertan las funciones del orientador-tutor en el logro de tales principios? ¿Qué posibilidades de acción abren para el orientador los campos formativos?  El referente obligado, desde mi punto de vista, es el Plan de Estudios 2011, así como el programa del “espacio curricular”  de Orientación y Tutoría.
La Orientación y Tutoría en el Plan de Estudios
A partir del Plan 2006, la Orientación y Tutoría se incluye con el propósito de acompañar a los alumnos en su inserción y participación en la vida escolar, conocer sus necesidades e intereses, además de coadyuvar en la formulación de su proyecto de vida comprometido con la realización personal y el mejoramiento de la convivencia social.
Se asignó una hora a la semana en cada grado, pero no debe concebirse como una asignatura más; sino que el tutor, en colaboración con el conjunto de maestros del grupo en cuestión, definirá el contenido a fin de garantizar su pertinencia. Conviene tener presente que, a partir de los lineamientos nacionales, cada entidad establecerá los criterios sobre las actividades que llevará a cabo en esta franja del currículo.
Es importante señalar que la experiencia vivida en distintos  países, incluyendo el nuestro, dan cuenta de que el éxito o fracaso de cualquier Reforma Educativa, depende en buena medida de los actores que participan directamente en el cambio, es decir, que comprendan qué deben cambiar y cómo es que el cambio se puede lograr de la mejor manera
Según lo marca en la Reforma de Educación Secundaria se contará con un tutor y orientador educativo para evitar entre otras cosas, la deserción escolar y la reprobación, para con ello propiciar el desarrollo armónico de la comunidad escolar.
En el Plan de Estudios 2011. Educación Básica, es por lo menos curioso que no se menciona la palabra Orientación en el sentido de una asignatura que lleve ese nombre, ni de un sujeto que ejerza tal función, y sólo aparece como una cita de la UNESCO, relativa a las características del liderazgo[1]. Parece que a los grandes estrategas de la SEP, que tanta importancia dicen darle a la Orientación de los adolescentes, se les “olvidó” ese pequeño detalle, o tal vez la figura esté ausente en el Plan nacional, pero sí se encuentre en el estatal, que por ahora desconozco.
Más adelante, el mismo documento reconoce la existencia de la tutoría, en el sentido de “atención individualizada a partir de un diagnóstico”[2], sea para alumnos con rezago, sea para aquellos sobresalientes. Además, “la tutoría se concibe como el conjunto de alternativas de atención individualizada que parte de un diagnóstico. Sus destinatarios son estudiantes o docentes” (IDEM). O sea que el tutor será tanto de alumnos como de profesores. Cabe señalar que enseguida se habla de “asesor” para los docentes.
Por su parte, si observamos el mapa curricular de la educación básica, constatamos que no aparece una asignatura llamada Orientación, sino sólo Tutoría, lo cual no deja de ser importante porque conlleva una contradicción conceptual y de pertinencia del propio plan, toda vez que en la página que revisamos líneas arriba se dice que la tutoría es individual, y al anotarla como asignatura se entiende que es grupal, con lo cual se cae en una indefinición. Entonces, si se atiende a la función declarada de “atención individualizada”, se desatiende al grupo, o viceversa. Además, ¿En esa hora semanal también atenderá al docente? Por otro lado, queda en el olvido el papel y la función del orientador, en virtud de que no existe un espacio curricular para él.
La Orientación y Tutoría en el Programa
Al revisar el Programa, podemos constatar que, mientras que en el programa de 2006 sí se hablaba de orientación, en el de 2011,  desde el título, la orientación es silenciada. En efecto, el documento se nombra “Lineamientos para la formación y atención de los adolescentes 2011. Guía para el Maestro. Educación Básica. Secundaria. Tutoría”.
Tal “olvido” no es gratuito. El propio texto señala que “a partir de sugerencias, opiniones y comentarios obtenidos durante el proceso de revisión del documento, se considera pertinente modificar el nombre del espacio curricular por el de Tutoría, con la finalidad de diferenciarla del trabajo que realizan otros actores educativos dentro de la secundaria, como el orientador educativo”[3]. Pero en el contexto del Estado de México, ambos actores son uno sólo, indefinido y confuso, el orientador-tutor, y cabe la pregunta de si existe un manual de funciones o un catálogo de puestos de o para la Secretaría de Educación del Estado de México actualizado, toda vez que algunos orientadores ignoramos cuáles son las funciones específicas que nuestro nombramiento oficial nos demanda.
Al parecer, la tutoría de la que se habla en el Plan no es la misma que se desarrolla en el programa, pues mientras que en aquél se trataba como una función de atención individual, en éste ya se trabaja como una asignatura grupal, en el entendido de que ocupa un espacio curricular. En ese sentido, la tutoría como “espacio curricular”  no sería lo mismo que la tutoría como atención individualizada, la cual, si atendemos a lo que señala el Plan de estudios, sería equivalente a una asesoría; esto es, a la orientación educativa.
Con todo, el documento constituye una guía valiosa para apoyar la tarea del tutor, y coincide en su concepción y objetivos con el Programa Estatal de Tutorías de la Educación Media Superior, donde se concibe la tutoría como “un proceso de acompañamiento escolar orientado a identificar el conjunto de situaciones que inciden en la formación académica de los estudiantes, para incorporarlo al medio escolar y potenciar sus capacidades”, cuyo objetivo primordial es combatir la reprobación y la deserción.
La Orientación y Tutoría en la cotidianeidad
Pero entonces, si el orientador no entra en el Plan de Estudios 2011, ni en los Lineamientos, ¿en qué puede fundamentar su acción? En el caso de la Escuela Secundaria del Estado de México, mientras ejerza como docente del espacio curricular de Tutoría, sus funciones académicas parecen ser claras. Pero, si deja ese puesto, es decir solamente como orientador, ¿qué hace?
Si reflexionamos un poco, encontramos no menos de quince roles que cumple, bien que mal, reconocido o no, en el espacio cotidiano de la escuela[4]:
El rol de asesor de profesores, caracterizado como profesional con conocimientos y experiencia en orientación, capaz de dar respuesta a situaciones educativas más o menos complejas en forma de sugerencias, orientaciones, procedimientos o materiales dirigidos a otros profesores.
El rol de consultor, entendido como especialista en psicopedagogía a la que pueden acudir profesores, padres y alumnos a pedir parecer u opinión.
El rol de informador, definido como el profesional que acumula información precisa y relevante sobre la educación y la orientación de los alumnos, y establece los mecanismos oportunos para la transmisión de la misma a los padres o profesores, o a los mismos alumnos.
El rol de formador de padres, como responsable de que ellos adquieran competencias para apoyar la educación-formación integral de los alumnos, en lo que se ha llamado “escuela para padres”
El rol de profesor-sustituto, que cumple cada vez que un docente, por cualquier razón, no acude a su aula de clases, y que, frecuentemente, absorbe gran parte de la jornada de la escuela. En este sentido, si bien es cierto que debieran trabajarse contenidos de tutoría, pareciera esperarse que el orientador domine los contenidos de todas las materias, lo cual es a todas luces una utopía[5]
El rol de agente de cambio, definido por el papel activo del orientador ante las organizaciones y el contexto externo, solucionador de problemas familiares y de conflictos entre docentes y alumnos.
El rol de líder, debido a su preeminencia personal y profesional sobre el colectivo docente y los padres de familia, capaz de influir sobre las decisiones importantes de la escuela, reconocido por su conocimiento y experiencia, aunque él mismo no parece darle importancia.
El rol de comunicador, pues sin comunicación no hay orientación.
El rol de oidor de personas, que ocupa gran parte del tiempo de trabajo en la escuela, pues los padres y los alumnos generalmente demandan ser escuchados.
El rol de mediador, de posicionamiento intermedio entre personas o colectivos ante situaciones de conflicto, lo que demanda una preparación especializada para la intervención en la resolución de los mismos.
El rol de embajador, como representante de la escuela ante instancias externas o ante las familias.
El rol de diseñador de programas, como experto en programación de intervenciones orientadoras hacia los alumnos tanto como hacia los docentes.
El rol de dinamizador de grupos de trabajo, sobre todo de profesores, en cursos de actualización o en programas o proyectos específicos.
El rol de evaluador e investigador,  se caracteriza por la competencia en tareas de valoración, diagnóstico  e investigación de procesos y que requiere una preparación profesional en diseño y metodología de la investigación, en estrategias, técnicas e instrumentos, en análisis de los mismos, en interpretación de datos y presentación de conclusiones.
Y, por supuesto, el rol de interventor psicopedagógico, que llega a confundirse con terapeuta, pero que aglutinaría tareas tan diversas como la intervención individual, profesor de asignatura, profesor de apoyo o aplicador de programas e intervención sobre grupos.
Pero también está el rol de portero, pues es quien le abre la puerta a los alumnos a la hora de la entrada; el de seguridad, pues se encarga de cuidar el orden del plantel a toda hora, dentro y fuera de las aulas;  el de administrativo, pues tiene que llenar preboletas, boletas o cartillas de evaluación, kárdex, estadísticas, expedientes de los alumnos, etc.,
Los principios pedagógicos: retos para la orientación educativa

En el reconocimiento de todos estos roles, es fácil relacionar los principios pedagógicos que sustentan el Plan de Estudios de Secundaria con las funciones del orientador, pues, al menos conceptualmente, es el sujeto más preparado para realizar, proponer programas y proyectos, llevarlos a cabo y supervisar que tales principios pedagógicos se lleven a la práctica.
Sin embargo, es patente la necesidad de establecer, si no lo está, o conocer y respetar, si ya existe, un documento rector para las funciones de Orientación y Tutoría en la Escuela Secundaria en el Estado de México, pues existen tareas administrativas que absorben gran parte del tiempo de la jornada, y no obstaculizan la realización de actividades que pueden ser fundamentales para la correcta atención personalizada de los estudiantes.
Cada uno de los principios pedagógicos que se proponen en el plan encajan en los roles que, oficialmente o por costumbre, se asignan al orientador, y que le plantean retos importantes de desarrollo de competencias para responder a los cambios que se esperan.


[1]Algunas características del liderazgo, que señala la Unesco y que es necesario
impulsar en los espacios educativos, son:
La creatividad colectiva.
La visión de futuro.
La innovación para la transformación.
El fortalecimiento de la gestión.
La promoción del trabajo colaborativo.
La asesoría y la orientación.” SEP. Plan de Estudios 2011. Educación Básica, México, pág. 37 (versión electrónica)

[2]  Idem
[3] Lineamientos para la formación y atención de los adolescentes 2011. Guía para el Maestro. Educación Básica. Secundaria. Tutoría”. México, pág. 12
[4] Boza Carreño, et al. “¿Qué es lo que hace un orientador? Roles y funciones del orientador en educación secundaria”, En Revista de Educación, Universidad de Huelva, España, 2007 pp 111-131
[5]También el Programa de Carrera Magisterial parece esperar lo mismo, pues basta consultar su guía y el examen de esta vertiente para constatar que contiene temáticas de casi todas las asignaturas.

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