Bueno, para empezar, diré que las materias en la que ahora trabajo son la de Filosofía y Lógica, así como Ética; materias destrozadas por la Reforma; difíciles para los alumnos y atiborradas de contenidos que es imposible agotar en un período. En lo normal, siempre empiezo mis clases saludando a los presentes (a menudo de mano a los más cercanos, y algunas me saludan de beso) y agradeciendo por estar presentes en el salón de clases. Esto lo hago porque me gusta tener un buen ambiente en el salón de clases fomentando relaciones armoniosas con los alumnos y el agradecimiento es porque les digo que ellos podrían estar en un lugar más agradable, como el cine o la cantina o su casa, pero supongo que intentan comprender que es importante estar en la escuela, aunque no todos.
Luego paso lista o la pasa algún alumno que se ofrece a hacerlo, y la clase comienza preguntando por lo que vimos la sesión anterior, y si tienen dudas aún sobre lo que se está viendo. Luego se nombra el tema del día, aunque sea continuación de la sesión anterior. Si se pidieron ejercicios o tarea en libro o cuaderno, se revisa de manera general; esto es, algunos alumnos exponen sucintamente lo que hicieron o “resolvemos” los ejercicios en el pizarrón. Si vamos a ver un nuevo tema, me aseguro de obtener conclusiones, así sea parciales, del tema anterior; de ligar tal tema con el nuevo, y de introducir al nuevo de la manera más suave posible, a partir de otros temas ya vistos o cercanos a los alumnos. Por supuesto, esto es para recuperar los conocimientos previos y preparar la mente para elaborar los nuevos
La evaluación de cada tema se da a partir de las conclusiones que se emiten. La calificación surge de exámenes, de la firma de las tareas en cuaderno o libro, de exposiciones cortas de los alumnos y de reportes escritos sobre temas específicos. La intención fundamental de las materias que yo imparto es que los alumnos ejerciten su capacidad de pensar, expresarse y debatir, opinar sobre cuestiones que para ellos son importantes, como el descubrir que les gusta la filosofía porque todos somos filósofos.
La última clase de cada semana, regularmente, les leo una o dos poesías, por supuesto, sin pedirles trabajo sobre ellas ni calificarles por escucharlas, porque creo que la poesía abre la mente hacia otros horizontes, y es algo que los muchachos piensan que no les gusta simplemente porque la escuela se ha olvidado de fomentar ese gusto en el alumno. Pero la poesía está presente en toda su vida, y les demuestro eso a través de la música que les gusta.
Trato de que mis clases terminen con una conclusión, que no siempre se puede, porque el tiempo no me alcanza, e invariablemente les agradezco por estar ahí, y me despido.
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jueves, 14 de julio de 2011
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POESÍAS
NO ES QUE MUERA DE AMOR JAIME SABINES No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de...
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BUENAS TARDES: LES DEJO TRABAJO INDISTINTO PARA MIS COMPAÑEROS DE TERCER GRADO GRUPO C, Y PARA MIS COMPAÑEROS DE SEGUNDO A Y C. LO PUEDEN ...
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